"de verdad lo he sacado de una página web de Chile (ved el link)"
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El perro Óscar desenterró a su amigo gato y trató de revivirlo con la lengua
Lo sucedido entre el perro Óscar y el gato Arturo demuestra que puede existir el amor entre ambas especies hasta límites insospechados en la historia de la "humanidad animal". Protagonizaron un drama que intentó superar la muerte.
El frágil organismo del gato Arturo no pudo resistir los años y estiró sus cuatro patitas ante el pesar de sus amos, pero sobre todo de su amigo, y casi hijo adoptivo, el perro Óscar.
La opinión pública de Manchester, Inglaterra, se sobrecogió cuando la historia se hizo pública. El perro no soportaba la ausencia de Arturo. Recordaba cuando lo cuidaba en su infancia y lo ayudaba a subir al sillón junto a la chimenea, donde dormían siesta.
Como Óscar cachó cuando sus amos le dieron cristiana sepultura al gato, aprovechando la oscuridad de la noche fue al jardín y lo desenterró con el hocico.
El perro trasladó el cuerpo sin vida de su padre putativo varios metros hasta su casucha y comenzó a lamerlo para que Arturo volviera a la vida. Al final el gato quedó súper limpio pero igual de muerto.
Los dueños de las mascotas cacharon el tierral que dejó el ritual del perro. Se dirigieron a la guarida del animal y se sobrecogieron con la escena. Con mucho respeto por el dolor perruno volvieron a enterrar al gato, pero se preocuparon de que Óscar no presenciara la ceremonia.
Con la esperanza de que un nuevo amigo mitigue el dolor en el corazón de Óscar, compraron otro gato de la misma especie a quien bautizaron como Arturo II. Tienen la esperanza que el perro pueda olvidar al viejo gato que lo crió de "potrillo".
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